Se piensa, se dice, se oyen comentarios de que nunca debemos descubrirnos plenamente, que debemos mantener ciertos secretos, una carta escondida, ocultos algunos aspectos de nuestra vida y de nuestra personalidad, ir descubriéndonos poco a poco sin que lleguemos a mostrarnos totalmente tal y como somos, porque eso mantiene la atracción, la seducción y la llama encendida.
Sin embargo ocultar, esconder para algún día sacarlos a la luz, es posible que no sea una buena idea y que en lugar de sorprender seamos nosotros los sorprendidos y perdamos todo lo que tenemos. No hay mas atracción ni seducción que mostrarnos tal y como somos, que gustemos, que nos amen sin guardar ningún secreto en un rincón oscuro. No podemos olvidar que ocultar es una forma de mentir o al menos una falta de sinceridad. Nuestra ser, nuestra alma y nuestro corazón o se entregan en su totalidad o estamos mintiendo y es posible que no deseemos que lo hagan con nosotros, que apreciemos la honestidad como el mejor combustible para que esa llama no solo se apague, sino que se reavive con mayor intensidad.
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