Esta semana me encuentro especialmente ilusionado, siento una gran alegría por acontecimientos que se avecinan, y aunque eso me altera un poco mi estado de paz y plenitud se trata de emociones que como ser humano no puedo evitar, porque además todo ese espacio está perfumado por el amor.
Conforme voy aprendiendo se que yo no soy las emociones, la ilusión como emoción, no es buena ni mala, solo son eso emociones. No podemos identificarnos con ellas pues son pasajeras y a veces se pueden convertir en decepción. Las emociones surgen del pensamiento y te indican donde están éstos, que a su vez define tus creencias, y toda creencia esta basada en un hecho del pasado. La emoción puede ser beneficiosa cuando te hace ver que existe un conflicto entre tu corazón y la razón sobre algún tema importante de tu vida, y ese es mi caso, aunque por fortuna, la emoción también me lleva a la reflexión.
Siento esta ilusión pero no me puede dominar. Las emociones debemos sentirlas y experimentarlas de forma saludable, sin juzgarlas, evadirlas ni negarlas, toda emoción debe ser experimentada, dado que es la única forma de dejarla ir, y hay que dejarla marchar porque no forma parte de nosotros es parte del traje de buzo que es nuestro cuerpo. Las emociones guardadas o escondidas en algún lugar de nuestro cuerpo, pueden resultar muy peligrosas y estallar en los momentos mas inesperados. El secreto es estar despiertos y aplicarlas en nuestro beneficio, eligiendo nuevos pensamientos y ensayando la alegría con una sonrisa. Si actuamos de esta forma las emociones se ajustaran al ritmo de nuestro cuerpo.
No puedo negar que siento una emoción y es una ilusión, lo haré con alegría para evitar cualquier alteración de mi plenitud, de mi yo verdadero
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