La necesidad de convivir, de hacer del planeta y todas sus criaturas un lugar donde todos tenemos nuestro espacio es algo imprescindible. Desde siempre me ha intrigado y gustado la figura del Lince un pequeño depredador acechado por el hombre como con los lobos por la presión y daños que ocasionan en el mundo rural atacando los rebaños como una nueva forma de supervivencia.
El ser humano cada vez mas ha ido cerrando sus espacios y acabando con sus fuentes de provisiones, su sustento, y por instinto de supervivencia atacan a ovejas y otros animales que en definitiva morirán, pero no para ser comidos por pura necesidad sino por nuestro afán consumista devastador. La naturaleza salvaje nos atrae no cabe duda, pero lo mismo solo para verla en documentales, ¿así queremos que la conozcan las próximas generaciones?
No olvidemos nunca que como los depredadores el ser humano también lo fue, sin embargo éstos lo siguen siendo mientras nosotros nos hemos convertido en destructores.
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