A veces te quedas contemplando, solo miras y el tiempo
pasa. Sabes que en este momento no puedes ganar, que estas en inferioridad de
condiciones, que este no es tu baile. Aún así, permaneces mirando, no
pestañeas, te columpias en tu propia angustia y eso te hace sentirte
abandonado, pero sigues mirando, te hace daño, pero no puedes apartar la vista
de esa danza, donde tú no estás.
Levántate, únete a ese baile, sigue el ritmo, aunque te vean, no te escondas. Sonríe, no dejes de sonreir, sorprenderás. Si sigues los pasos que un día te propusiste, es posible que hoy no ganes, lo más seguro es que este no sea tu baile, pero déjate llevar por la melodía no dejes de girar y girar. Al final tomaras el ritmo y llegará un momento en que ese baile si sea el tuyo, con tus pasos y con tus acordes, como un día lo iniciaste y saldrás triunfante. Desde ese momento tus piernas no pararán y todo el mundo girara a tu ritmo, porque no abandonaste el camino que te marcó tu corazón.
Levántate, únete a ese baile, sigue el ritmo, aunque te vean, no te escondas. Sonríe, no dejes de sonreir, sorprenderás. Si sigues los pasos que un día te propusiste, es posible que hoy no ganes, lo más seguro es que este no sea tu baile, pero déjate llevar por la melodía no dejes de girar y girar. Al final tomaras el ritmo y llegará un momento en que ese baile si sea el tuyo, con tus pasos y con tus acordes, como un día lo iniciaste y saldrás triunfante. Desde ese momento tus piernas no pararán y todo el mundo girara a tu ritmo, porque no abandonaste el camino que te marcó tu corazón.
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