Dicen que de bien nacido es ser agradecido, a mi me gusta mas eso de que el agradecimiento es la memoria del corazón y esa gratitud tiene su recompensa. Recogemos lo que se siembra y el que siembra viento recoge tempestades. Todos actos tienen su premio, a veces bueno o a veces ingrato. Ello depende de la semilla que utilicemos, si vamos por la vida angustiados, arrastrándonos por el suelo y dando pena, tal vez recojamos un los siento o un pobrecito y a nuestras espaldas comenzarán los chismorreos, de que le pasará, de que se queja. Sin embargo cuando nuestra semilla es el cariño, la amistad, el saludo, el cariño; tal vez también nos digan de que va ese, de que se ríe, se preguntarán incluso si estas loco. Pero sin embargo lo mas probable, es que recibas tu recompensa, con una prueba de amor, con cariño, amistad; con buenos sentimientos compartidos. Sino es así, tal vez esa persona no merezca la pena, será de los amargados aquellos que nunca han sentido el roce de la luz de un ángel, que no es suficiente con lo que tienen o que les moleste la felicidad ajena porque no saben apreciar la suya. Muchos se alegran del mal ajeno y tan bien otros que la envidia les corroe y se amargan de tu felicidad.
No me cansaré de decir para que no se olvide nunca, que dichosa la vida que nos han dado, agradecimiento a nuestros padres, mejores o peores, pero nos dieron la vida, si tu corazón late despacio, ponlo en movimiento, que se oiga cuando todos pasan a tu lado porque de una forma o de otra con tu vitalidad serás recompensado. Cuando empieces a sembrar, piensatelo tu vida dependerá de ese momento, la recompensa depende de ti mismo.
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