Yo tengo muchas
amigas, pero tan sólo una es canaria. Mi amiga es especial, por como es, por
las cosas que dice y por donde la encontré. Yo paseaba por las redes y en una
de ellas, mis sentimientos afloraron, sentí algo muy singular, una comunión de
espacio y tiempo que aunque separados por los lados del mundo, supe de
inmediato que alguien importante, vital, esencial acababa de llegar a mi
existencia, para llenar determinados rincones vacíos.
Mi amiga, la
Canaria es singular porque si fuera plural este mundo sería un lugar fantástico
donde vivir, y todavía no lo es. Me pregunto y se preguntan si es posible
querer por una red, mi respuesta es un sí rotundo. Mi vida es diferente,
gracias a mí a mi amiga, a ésta y a
otra, la rusa; pero es otra historia para otro momento. Quien me sigue en
twitter, quien parte de mi vida, de esa parte tan mía como lo es manu y la
vida, ya las conocen, las he presentado y he hablado de ellas por lo que ellas
dicen.
Mi amiga la
Canaria dice cosas como que el mejor amor es el que no se da; y yo le digo, que
el mejor amor, es el que se da mejor. Y así pasamos las horas, los días y la
vida, porque con mi amiga la Canaria la vida pasa lenta y es hermosa.
Cuando me pongo
melancólico, mi amiga me dice que no me sienta triste, que su vida es buscarme
a mí y seguir lo que pienso, aunque no sean lo que piensan los demás. Y lo dice
porque le gusta como pienso, porque en parte, lo piensa como yo.
A veces me quejo
de la mala suerte que tengo en algunas cosas de la vida, y me recuerda que soy
afortunado, que está en mi mano cambiar la partida, porque la vida no consiste en tener buenas cartas, sino en
jugar bien las que uno tiene.
Parece como si
tuviera respuestas para todo, no lo sé, lo que si es verdad es que la siento,
que me hace sentir bien y que sus palabras son sanadoras, de aquellas que salen
de un corazón, bueno, bondadoso y generoso.
Yo quiero mucho,
no muchísimo a mi amiga la Canaria porque está dando un sentido diferente a mi
vida y aunque quiera volar, ella dice que por muchas razones que tenga para
hacerlo, siempre habrá una que me atará al suelo y que solo llegaré a ellas a
través del corazón y no de los vientos.
¿Cómo no voy a
quererla?, la quiero con las garras que me dejaron la mala fortuna y la rabia
del desamor, porque es mi amiga, si esa, la Canaria, la que me cura con el
verbo y me sana con el sustantivo del sentimiento más profundo e ingrato, que
es el amor.
Como dice mi
amiga, nosotros somos dos extraños, que nos vemos cerca porque deseamos
mirarnos a lo lejos, pero juntos. Ese “juntos”, es obra mía, porque yo también
le he dado algo, a este ser tan especial como es ella, una pepita de oro en
éste y en el otro lado del MUNDO.
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