Dicen que detrás de una sonrisa hay cosas que nadie va a entender. Cuantas cosas eres capaz de esconder y disimuladamente regalar una sonrisa. Detrás de una sonrisa a veces se encuentra una vida colmada de felicidad, o tal vez una vida desgraciada, sin prácticamente nada mas que tu actitud, esa de sonreir, porque no te cuesta nada regalar una sonrisa, no solo la das, te la entregas a ti y por muy mal que vayan las cosas el mundo de otra forma verás. Sonreir es simplemente mostrar que aprecias vivir. También hay sonrisas mal intencionadas que esconden una posible traición para pillarte con las defensas bajadas, para que te confíes y entonces lanzarse sobre ti, desdibujando esa sonrisa en la maldad que se escondía tras ella. De las personas falsas, hipócritas, egoístas y manipuladoras; nadie nos vamos a librar. Sin embargo conociendo las virtudes y las miserias humanas, es preferible siempre una sonrisa que una cara amargada donde a simple vista ya ves la maldad.
Cuantas cosas se pueden esconder detrás de una sonrisa, pero lo que es cierto, es que detrás de una sonrisa de un niño nunca encontrarás otra cosa que su felicidad, una alegría repentina, sin nada que esconder. A ese niño que un día fuimos, de vez en cuando deberíamos volver. A tener esa sonrisa simple que tan solo refleja alegría, sin mas propósito que expresar que es feliz, sin ninguna intención distinta por descubrir.
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