De la vida he aprendido que la presencia de una sola persona, haga que te sobre todo el mundo, eso es el amor. Como dicen las razones del corazón, la razón no entiende. Es una fuerza que lo cubre todo, que te pilla desprevenido y te ausenta del resto del mundo. Que es capaz de hacerte perder todo, amigos, familia, incluso te lleve a la ruina. Es esa sensación de que todo tiene su inicio y su fin en esa persona, que nada mas importa, que ni tu vida está por encima porque sencillamente, se la entregas. Lo mas valioso que te han regalado, tu vida, la regalas a su vez, toda tu persona está destinada a esa pasión, a esa gran fuerza indomable que sale de tu corazón. Ni ves, ni escuchas ni quieres saber, solo sus labios te calman, sus dedos te satisfacen y su mirada te hace ver. Dicen también que ese amor, es un instante, primario, adolescente que luego madura y se hace mas tranquilo y sencillo. Esa fuerza es imposible de domar, sea joven o anciano, hallan pasado unas horas o toda una eternidad, es una necesidad, porque quien ha bebido del amor, siempre estará sediento. Serenarlo, tranquilizarlo, madurarlo es acabar con él. Es convertir esa fuerza que te ciega en cariño, que es una manifestación del corazón pero no la fuerza del amor. Un poder que te invade, te hace sentir único, inigualable, el mejor, nada ni nadie te puede frenar en tus ansias de amar.
Es tal el poder que si se acaba, termina contigo, te convierte en un superviviente tras el neugragio, en una isla perdida, donde ni tu mismo te quieres encontrar
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