Dicen que para alcanzar la felicidad, debemos liberarnos de los apegos y dar carpetazo al pasado. Que pasar página es necesario para avanzar, para alcanzar nuevas metas, olvidando las vivencias. Tantas cosas dicen para motivarnos a esa meta de la felicidad, que se olvidan de las raíces. No creo ni en eso que dicen, de que un clavo quita otro clavo. Que si una persona sale de tu vida es porque va a entrar otra. Cuando una persona se va, por naturaleza o porque ya no quiere estar, queda su huella marcada y empieza el duelo. Nadie puede saber ni decir cuánto durará tu duelo, para algunas tal vez sean días y para otras toda la vida. A veces depende de uno mismo, es cuestión de actitud, quieres olvidar o deseas recordar. El tiempo pasa pero tu voluntad puede ser la de no olvidar, mantenerte en un duelo permanente, simplemente porque quieres. Tenemos derecho al duelo, a no pasar las páginas con rapidez, derecho a leerlas una y otra vez y seremos juzgados y criticados. Estamos en un mundo que parece que nada importa, no hay que tener apegos porque te dejan paralizado en el pasado. Yo tengo muchos apegos y no me importa confesarlo, me cuesta cambiar, me gustan las cosas que tengo y si las pierdo, tengo derecho a mi duelo. Recuerdo a mi abuela siempre de negro para recordar la falta de su madre, para que en ningún instante de su vida se ausentara de su memoria. Otros se quitan el anillo cuando terminan una relación, simplemente para olvidar y encontrar otra persona, sin dejar ni un día para el duelo.
Yo reivindico mi derecho al duelo, a no olvidar, a mantener ciertas cosas como mi abuela, que impidan que algún día la memoria me pueda fallar.
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