Yo no quiero que
me necesites, yo quiero que me prefieras. No te pido que no puedas vivir sin
mí, sino que vivas conmigo. Yo nunca te reclamare que vengas porque nunca te
habrás ido.
No quiero que me
necesites, tan solo quiero ser el dueño de tus sueños. Quiero ser a quien
llames cuando en tu carne surja el deseo, tu primera persona en el mundo de tus
sentidos. Al que primero veas cuando te llegue mi mirada, al que escuches latir
el corazón en tu pecho; quiero ser aquel que tu piel erice con los susurros de
mis suspiros acariciando tu cuello.
Tan solo quiero
ser tu preferido, ni siquiera ser el único en tu vida, pero si el primero en la
lista, porque siéndolo, no seguirás contando, no buscarás a nadie más que llene tu vida, que haga de tu mundo ese sueño
de color carmesí que anhelas, porque te dejaron huérfana de carne y hueso.
No quiero tu
necesidad porque tan solo seas el mueble del tocador de quien te puso en su
vida, tan solo en una tarjeta de visita donde aparece tu compañía.
El preferido
nunca está escrito en un papel, es un secreto escondido en el deseo de tu piel,
sellada por latidos del corazón.
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