Muchas lágrimas no lloradas quedaron por el camino, pero también muchas alegrías sonreidas. Esa explosión de sentimientos que es el amor, a veces se ahoga en lágrimas y otras se baña en sonrisas. Amar no es sujetar ni obligar a nadie a que te ame, si quiere volar hay que darle las alas. Si te extrañan y extrañas tal vez vuelvan a estar juntos. Si por el contrario se trata de un final, hay que dar gracias por esas sonrisas, abrazos, besos y caricias. Nunca puede ser en vano, hay que agradecer a la vida y a esa persona, por haber permitido escribir una historia. A veces con comas, interrogantes, exclamaciones e incluso con puntos, algunos suspensivos y también cuando es el punto y final.
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