MI CAMINO

Después de muchos tropiezos, desencantos y decepciones, por fin la vida me enseñó, que no podía pretender que todos entendieran mi viaje, que no puedo esperar ser comprendido, sobre todo si nadie conoce mi camino, o lo que es peor, no se paran ni un solo segundo para conocer mis coordenadas.

Me costó aprender a no buscar la perfección, a no ser gustado por todos, a que cada uno tienes su opinión y que lo importante era ser auténtico. La vida te pone constantemente a prueba, tienes que elegir entre diferentes caminos, hasta descubrir que el único importante es el que te conduce a ti mismo. Cuando supe cual era ese camino que me acercaba mi ser natural, es cuando descubrí la auténtica felicidad. La dicha no se encuentra en tener todo aquello que buscas, sino en aceptar lo que tienes y exprimirlo hasta obtener su máximo jugo. Pretendí tenerlo todo y durante un tiempo fue así y era feliz, me comía el mundo, era todo luz y esplendor. Encontré entre la multitud a la persona que me completaba, que encajaba a la perfección en mi ser. Pero la vida continúa y vuelve a ponerte caminos en el horizonte y no todo sale como pensabas. En ese momento te encuentras perdido, no encuentras escapatoria ni salida, estas inmerso en un laberinto de emociones. Cuando todas esas emociones, sentimientos contradictorios, algunos buenos pero también malos, los empiezas a comprender, se enciende una luz que te conduce al camino adecuado. No tienes esa perfección que pensabas tener, tienes algo mucho mejor, aceptas que ese es tu camino, del que proviene la luz y te conduce a ti mismo. Nunca he sabido caminar sobre el fuego pero si sobre la adversidad, a veces me he quemado, pero otras he salido fortalecido. Aceptar que lo que tienes es mucho mas que incluso lo que mereces, te hace feliz. No se puede pretender que te comprendan, ni compartir con todos esa felicidad, tan solo lo harán esas personas que se han molestado en conocerte, en saber como eres, a aceptarte, respetarte y sobre todo a tener en cuenta tus coordenadas.

Al final sabes quien está y quienes por desgracia no lo quieren ni intentar; pero sabes lo que quieres, a quién quieres y quién te quiere, y no necesitas nada mas.