Entre tus manos
y mi respiración, siguiendo su frecuencia a golpe de teclado, letras con
palabras; símbolos y sentimientos que son obra y no acción, que desnudan el
corazón sin usar las manos.
Yo soy mi punto
débil como mi carne y mi espíritu perdido en tu lectura, como las manos
cubiertas de aceite que rodean mi cuerpo con los ojos cerrados, pero con la mente abierta guiando tus pasos,
con tus pies, tus manos; tu piel y mi piel, perfecta simbiosis de palabras que
desnudan el cuerpo, pero no con las manos.
Palabras que se
juntan, que crean trampas, que engañan, que ilusionan, que hacen el amor pero
también la guerra. Palabras y más palabras que rodean tu blusa, la levantan, floreciendo
tu cuerpo con el mío, son el nuestro; y tu falda y tu cuerpo; solo y desnudo
con palabras, con las tuyas y con las mías mezcladas, pero sin usar las manos
desarmadas.
Las palabras son
palabras, como tus ojos; con tus gafas pero sin mirada. Las palabras no
engañan, es tu sueño el que levanta las piernas y las acopla, y se llega; y se
alcanza lo que nunca podrías con las manos, pero sí con las palabras.
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