Domingos de frio y lluvia,
dejamos pasar la mañana en la cama envueltos entre las plumas, cobijados,
sintiendo yo tu calor y tu el mío. Sin palabras, pasan los minutos y las horas
hasta que yo a ti mi reina te preparo un café mientras tu mirada se pierde en las
vistas de la ventana, no se sin buscando el horizonte o sintiendo lo que mi
corazón te grita en esos momentos de paz y sosegada armonía.
Días en los que a nadie
necesitamos, solos tu y yo en nuestra casa, mirándonos sin hacer nada tan solo
cuidarnos el uno al otro, viendo como el tiempo pasa.
Así se escribe
nuestro libro, donde cada página es una mirada, cada fila es un beso, cada
palabra es un amor y cada letra es un abrazo, para que jamás esos días de
Domingo queden en la nada
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