Sin apenas
llamar la atención, sin pasar de ser un mero susurro, como las cosas buenas;
las mejores sombras se van colando por el corazón, por esa ranura entreabierta
de una bisagra por engrasar.
Algo pasa entre
la yema de los dedos y las teclas de un ordenador que quiere dejar sus mejores
letras, porque el corazón late rápido, por esa suavidad que envuelve el
ambiente de una sombra que es luz y color. El origen de una vida que con una
mirada es capaz de hacerte nacer después de ser un recuerdo olvidado.
Los pensamientos
buenos son cómo las primeras veces, esos que te llaman al oído y no sabes que
ponerte para quedar bien. De esas sonrisas caprichosas de pronunciación
perfecta que saben a mañana por la mañana, que son como ese olor a pan recién horneado
y a mantequilla fresca recién untada en un desayuno de esos de ensueño, entre
flores silvestres y manteles de encaje. Todo es armonía, es la sensibilidad de
la mujer, de ese ser que rozando la perfección se queda en la belleza de las
formas equilibradas. Cabellos largos, que ocupan buena parte de un ser donde
todo es necesario salvo sus ojos, con los que nadie podría ver salvo a
ella en su espejo. La mirada se soporta con las defensas o se recibe con el agrado del amor,
de esa caricia tan precisa que a veces las personas saben usar con ciertas
palabras.
El cariño viene
de casa, de esos que son de madrugada; de las bondades de un Sol radiante en
cada una de sus cejas, de ese rostro que dice tantas cosas como amor surge
entre sus venas. Hay sombras que te hacen la luz, que te iluminan sin perder
intensidad, esas que con la ternura se hacen mas grandes, que cuando mueven sus
labios los besos surgen de flor en flor; sombras que se les quiere porque no
hay otra forma de hacerse ver, entre princesas y sueños que resisten al
amanecer.
Cabellos
rojizos, piel clara, ojos de los colores del universo y sonrisa entre unos
labios llenos de alegrías. La voz es etérea, como difusa; sin definir, pero
pronunciada de tal forma que cada letra sabe seguir su ritmo, su puesto y por
supuesto su sintonía. Saber decir a veces es mas importarte que expresarse, porque
mi sombra difunde mi pasión y engrandece las ganas de mirar cada día por su
ventana y verla entre sus sábanas de seda, cómo un buenos días en su mirada, y
el cariño en su suave sonrisa.
A veces no
sabemos cual es nuestro lugar en un mundo donde todos los espacios parecen
estar repletos de cosas sin sentido. Es justo en ese momento, donde la música
sube su volumen sin llegar a ser ruido, cuando la chispa salta de la vista a
las palabras; cuando una imagen vale mucho mas que mil letras y simplemente te
llega el amor. El enamoramiento mas oportuno para saber donde quedarte, como
ser y sobre todo a quien parecerte.
Que nadie nos
diga que copiar es malo, cuando lo haces de los mejores, y esos son los que te
cambian la vida; los que te ofrecen ese desayuno sin diamantes, pero con una
sonrisa. Esas personas que van mas allá de la brisa del mar porque son de la
tierra, pertenecen a lugares de reinados, caballeros y damas, en un universo de
tal armonía, que su falta causa el caos y la anarquía.
Esta sombra me
hace mucha sombra, porque sino fuese así quedaría inmerso en tal espacio de luz
blanca que sería imposible verme ni con el color de la Luna. Siento tal
debilidad, que me hago fuerte para juntar palabras, de esas que he repetido
tantas veces cada vez que de su ventana aparece y todo se llena con la belleza,
de esa de la que solo se sacan sonrisas y ninguna lágrima.