“La vida se
entiende cuando se comprenden las pequeñas cosas”
#7abrilesa4vientos
Se acerca a
pasos agigantados el final del mes de agosto, y con él muchas ilusiones que se
fugaron junto a una ola en la playa del paraíso.
Los grandes
sueños son lo de menos, lo que mas feliz hace una persona, lo que mas le llena
son esas pequeñas cosas, esos detalles que a veces son tan solo palabras, pero
acompañadas de intenciones. Durante este verano, el bloguero se ha cruzado con
personas que quedarán para siempre en su cicatrizado corazón, porque han
influenciado en su sonrisa y sobre todo porque han llenado de sentido muchas de
esas horas vacías de calor y sueño.
Hoy el bloguero
tiene en su mente a dos de estas personas, el “Yin y el Yan” de la expresión,
pero ambas con un corazón igual de grande y con gafas para poder verte mejor. Me gusta la gente bonita, yo que siempre
trato de embellecer la realidad, cuando de repente aparecen personas que son
bellas sin más, tan solo con su presencia todo adquiere un color cálido y
permanente. No se si el bloguero me dejaría decir su nombre, mejor me los callo
y dejo que la imaginación circule por este bosque encantado, que es el mar del
verano en la playa de las estrellas; donde dos lucen por si mismas al ritmo de
las caricias sinceras. Sus nombres son bonitos, femeninos; ellas son bonitas y
sobre todo saben mimar. Eso que a veces pensamos reservado a las mamás y que
muchas personas lo tienen innato en su ADN personal. Mimar es cuidar, pero
reservado a las mamis. Mimar es proteger y dedicar tiempo a las personas,
dejarlas fluir y hacerlas sentir seguras a pesar de que sus defensas estén a
veces tan perdidas como su mirada. Cuidar, pero también dar cariño. Una madre
protege a su hijo con su amor, con esa protección innata que hace que ese amor
maternal sea a su vez un arma imposible de atacar. Dos personas que manifiestan
sus mimos de forma muy diferente. Una lo expone, expresa, manifiesta y la otra
te lo hace sentir sin palabras.
Tu vida se cruza
con esas personas y ya no puedes dejar de mirarlas, porque el mundo es mas
bonito cuando las escuchas y porque a los mimos se les responde con más mimos,
y eso es lo que hace el bloguero con este arma de cariño infinito que es su
escritura, mimar con lo que sabe, con lo que le permite llegar mucho mas allá
que a otros que tan solo saben responder con las gracias, o tal vez con el
desprecio de quienes no saben valorar las cosas inmateriales, esas que por
mucho que se busquen, siempre están para quienes saben encontrar para
descubrir.
El bloguero sabe
que los mimos no son eternos, que lo importante es guardarlos en la memoria de
la piel, porque no hay mejor cariño que aquel que toca las entrañas y estremece
al corazón. La vida de color de rosa es un sueño y también la que se tatúa de
por vida; porque hay personas tan fieles que saben que aquello que dan lo hacen
para siempre gravando en la piel cada pulgada de lo que sienten.
Todo el mundo
puede tener una idea de lo que es mimar, pero es más difícil expresar lo que se
siente, que es sentirse mimado y el bloguero quiere hacerlo, aunque sea con
palabras porque tal vez no se le de bien mimar. Sentirse mimado es ser el rey
del instante, el contenido mas luminoso de un momento donde nadie más puede ser
más que él. Sentirse mimado es regalarse una sonrisa y contagiarse de ella,
saber que su paz se premia con caricias, esas cosquillas que el alma las
devuelve en un suspiro, que es el aire con
el que se acaricia al corazón.
El bloguero se sintió
mimado en un agosto que llega a su fin, junto con sus esperanzas, pero repleto
de esa satisfacción de haber sentido a las personas con las que compartió mas
de una palabra, porque fueron cruces de sonrisas aliñadas con las caricias de
la mirada.
Mi sonrisa para
esas dos personitas, que son el agua y el aceite o tal vez sea solo apariencia,
porque los corazones hermosos no saben de distancias y tan solo laten cada uno
a su instante y en la forma que dicta su alma. Personas que permiten soñar,
mientras te miman en cada uno de sus sueños. Maestras de las pequeñas cosas, de
esos detalles que convierten el tiempo en vida.