“Cuando todo
vale, deja de valer todo…”
La falsa Valeria…
#7abrilesa4vientos
Me vino la
curiosidad por el éxito, las recomendaciones y su publicidad. Entonces decidí
empezar por el libro que según decían es el mas significativo de la escritora
de moda Elísabet Benavent: “En los zapatos de Valeria”. Me comentaron que era
el primero de una saga de cuatro, pero no me asuste, al parecer tenía fácil lectura
con temas muy contemporáneos que enganchaban en un no parar hasta engullir los
cuatro libros.
A mi no me
enganchó ni la primera página y llegado a la 172 decido poner fin a esta
tortura de lectura. Entiendo que leer debe ser un placer que enriquezca y aunque
parezca mentira, en todas estas páginas no he encontrado ni una sola frase para
recordar. Ni un solo pensamiento, nada que merezca la pena quedarse, sino simplemente
páginas para usar y tirar al instante. Tal vez por eso diga que es una lectura
muy amena. Para mi es un bodrio sexista,
clasista y falso. Una historia que bien podría haberse publicado como apéndice del
Cosmopolitan o el Telva. Una versión barata de Sexo en Nueva York, donde las
protagonistas son cuatro mujeres veinteañeras pijas, con trabajos mas o menos
valorados, pero con fracasos personales a doquier. Personajes ruinosos, que en
lugar de alegrar la existencia de este caluroso verano, lo que hace es sacar
los nervios ante tan falsas interpretaciones de la realidad con mujeres que
solo existen en la mente de la escritora. Como siempre una de ellas viviendo su
matrimonio, otra la pervertida sexual, la enamoradiza y la elitista de portada
de revista de moda. Penosa imagen de la mujer actual donde al parecer, se
siguen reuniendo en un bar de moda para poner a caldo al género masculino entre
copas de vino y cigarros mal encendidos, en un afán sexista por delimitar las habilidades
de cada uno de los géneros subrayando mucho mas las distancias que los
encuentros.
Por supuesto,
cuando se trata del género masculino, no busca al hombre real, claro que no; en
ese objetivo su tercer detalle es el clasismo pijo progresista, que denominaría yo; porque siempre queda ese libertarismo
que es tan falso como una historia llena de lugares tan comunes como
inexistentes y en mujeres retratadas, con una máquina de fotografiar que aún no
conoce la tecnología digital.
Mi pena es
Valeria. En teoría la protagonista que algo me decía de ella que me gustaba,
hasta ese capítulo 19 donde a la infidelidad se le pone escoba de bruja y se
mal trata lo poco bueno que del libro se esperaba. Y es que llamándose Valeria
a este bloguero le ofende mucho que incluso uno de sus libros se le titule “Valeria
en blanco y negro”, porque ese fue uno de los pasajes de mi “Valeria, un
amanecer perdido” que nunca registre porque las obras del corazón no precisan
de papeles, como las relaciones que son de amor y no de contratos.
Hoy me sentía
triste hasta que puse fin a la lectura, no pude mas y me liberé de esta falsa
Valeria, porque no pueden ponerse guindas a la infidelidad, no se pueden reír
las gracias de la siniestra “Lola” que abocan a la protagonista a dejar que sus
principios caigan en lo mas bajo del ser humano: la traición.
Este libro no
merece más comentario, pero me ha servido de escusa para terminar esa segunda edición
de mi Valeria: “Valeria y el Tren”. Por fin la culminaré después de un año sin
saber poner un final, y es que es verdad; cuando todo vale, todo deja de valer.
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