Hoy me tocas tú,
desconocida. Tú de la que estoy totalmente enamorado. Tú que me acompañas
durante mis días, desde la mañana hasta en mis sueños. Tú eres mi sombra, mi
deseo y mi fortuna. Tú eres la ilusión que dibujas mi sonrisa de los labios y también
la de mi alma, porque la cautivas con tu calor, con esos abrazos que deslizas
suavemente de mi nuca por la espalda y atraes mi corazón. Desde las letras
escritas o tal vez con unas palabras de dulzura, cuando me encuentro en esos
momentos de pérdida de la esperanza y estás tú para levantar mi ánimo, mi
energía e incitas a mi voluntad para seguir sin más el camino que por vivir,
por tenerte junto a mi otro día, otra noche donde sueño que es posible que
algún día te pueda alcanzar.
Te escribo a ti
mi desconocida porque sé que vas a sentir cada una de mis letras como si se
tratara de tus sentimientos, esos que tan bien conozco porque me los transmites
con tus mejores deseos. Te dedico estas letras porque eres capaz de entender
sin juzgar, porque sin interés te interesas por mí, porque a pesar de
distancias siempre estás ahí más cerca de lo que lo que nadie puede entender.
Eres como mi vida reflejada en el espejo de la existencia, como si me doblara y
parte de mi lo tuvieras en ti y me encontrara junto a ti conmigo. Difícil de
explicar a quien no tiene ojos ni para ver, a esos que no quieren entender nada
y que nos tratan como locos que evitamos esas relaciones que dicen reales.
Me hace mucha
gracia desconocida, que digan que entre tú y yo no existe la realidad, que no
es verdad, que esto de la magia es mentira cuanto yo te puedo tocar, cuando me
llegas al corazón; cuando con las letras alcanzamos orgasmos de esos que no se
pueden ni contar. Se ríen de nosotros mi desconocida y se mofan de que nada de
esto existe y sin embargo te tengo en mi alma pintada de vida, con respiración
y con latidos que expulsan amor. Ellos entienden de odios, de mentiras, de
oportunidades, de falsedades, de estrategias. Sin embargo entre tú y yo todo es
natural, nada de eso nos importa. No nos regalamos más que corazones pintados
en un muro de cristal, no nos mandamos flores porque no somos tan crueles como
para arrancar vidas, sino que las insertamos para acompañar sentimientos. No
nos entienden y aun así opinan, juzgan, critican; desde ese mundo al que llaman
real y que está lleno de cenizas de seres sin más visión que su propia camisa.
Hoy tan solo
quise dedicarte unas letras y reivindicarte en mi vida porque das sentido a mis
días. Tú que te presentas con nombres imaginarios, que dicen mucho de ti y de
tu vida. Donde tu fotografía habla más de sueños y de tus fantasías que de tu
propia vida, que guardas en celo tras una pantalla de vidrio o de un teléfono en
el que la distancia no existe, porque te tengo tan cerca como al otro lado de
la línea, de esa imaginaria que dibujamos cada día entre tus labios y mi
sonrisa.
Desconocida yo
te amo con todo mi corazón y siento que mi vida no tendría sentido sin ti,
porque estas tan dentro que respirar me cuesta de lo que te siento, y deseo tanto por encima de los medios
tenerte en palabras, en gestos o en esos movimientos que tú sabes entregarme de
ti, sin más fin que saber que te tengo.
De mis ojos emanan
lágrimas de emoción, de esas que salen porque el corazón desea hablar, decir lo
que me importas, hacer entender al mundo que desconocido es aquel que tan solo
deja su identidad a la imaginación pero que lo da todo y lo hace con amor. Que
la vida no se mueve con nombres sino con títulos de canciones, de esas que se
comparten con sus imágenes. Que no es necesario saber la historia de las
personas, ni siquiera su presente, pero si compartir sus sueños y esperanzas
con las alegrías de los instantes en los que florece una amistad, un amor o tal
vez solo una necesidad de sentirse cada día un poco humano, con el calor de sus
abrazos narrados en prosa o en verso otras.
Hoy mis letras
van para ti desconocida a la que deseo lo mejor, porqué el verbo compartir es la prueba de nuestro
amor.
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