Parole,
parole,parole…. Nos pasamos la vida escribiendo, a veces no lo hacemos con
letras, son palabras que suenan y suenan
tan vacías que difícilmente pueden
llegar muy lejos. Todo son palabras que sin hechos no son nada.
Las palabras
pueden vestirse de gala, llevar cumplidos y describir personas. Las palabras
son halagos que en muchas ocasiones no llegan más lejos de la pretensión de
gustar, de impactar por su significado sin otra potencia que la de su exclusivo
pronunciamiento. Las palabras son siempre huecas, no contienen materia, no son
objeto de decoro ni de decoración salvo que se junten, porque sin otras no
suenas a nada. La palabra precisa de
otras palabras, para significar algo más de su propio significado. Así pueden
ser música cuando riman en un verso y se conjugan en eso tan bonito que
decimos, que desde la boca a los besos, con tan solo palabras que llegan hasta
lo más dentro. La palabra cuando se junta puede hacer y deshacer historias,
puede llegar a ser encuentros y con muchas un amor que sin la palabra tan solo
sería un gesto capaz de ser muchas palabras.
Me gustan las
palabras bonitas, me gusta adornar la conversación con la belleza de la
palabra. Muchas veces se califica esa forma de hablar como de adulación, de
lisonjero, sin embargo y siendo cierto que las palabras puede que no contengan
nada sin hechos; si lo es que para ser bonitas tan solo precisan estar llena de
deseos. Deseos de bien, deseo de lo mejor, de felicidad, de amor, de alegría;
de paz. A mi una vez me desearon lo mejor en Ingles. Me dijeron eso de: “I wish
your well” y me dejaron sin respiración, porque esas palabras que tuve que
buscar en el diccionario encima iban acompañadas de música, y entonces dejaron
de ser meras palabras al convertirse en amor.
En el mundo del
internet, de las relaciones a miles de kilómetros la palabra se convierte en el
medio que no busca mas fin que agradar, atraer y sobre todo empatizar. Yo suelo
hacer numerosos saludos al día, de buenos días, de buenas noches. Muchos se preguntan
el motivo de que gaste tanto tiempo al día, que a veces madrugue antes del
amanecer para simplemente juntar unas palabras, una foto y lo importante; un
deseo de felicidad para el día que comienza o para los sueños que empiezan a
crearse cuando los ojos cierran la realidad y presentan la mayor de las
funciones al soñar. Mi tiempo es mi vida y la dedico a quien en mi corazón de
una forma u otra habitan en cuartos llenos de luz y con vistas a mi alma. Mis
palabras siempre van llenas de deseos y de los buenos. No puedo acompañarlas de
hechos, porque muchas de ellas se dirigen a desconocidos, a esos a los que sin
conocer son mi vida y otros a miles de kilómetros donde mis manos no pueden
llegar para dar un abrazo y menos mis labios con esos besos que son deseo de
emocionar, de llenar vidas y hacer latir corazones. Las palabras con deseos son
capaces de cambiar días e incluso vidas. Son suspiros, respiraciones que el
alma no conoce ni tan siquiera supone como llegar a asimilar la belleza de unas
palabras llenas de amor.
Las palabras son
bonitas si se llenan de deseo, si se cargan con la munición del amor y la
emoción es la causa de su batalla por desear lo mejor.
#manuylavida
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