Sin darme cuenta
ya estamos a 30 de Julio, es mi tercer post y creo que ya he contado buena
parte de mis deseos. Entre ellos se encuentran los tatuajes. Es algo que no
para de dar vueltas en mi cabeza. No solo me frena el hecho de que soy un
cagado de las agujas, y el que me raspen la piel con un cacharro que parece una
pistola de aire comprimido, como la que utilizan para pintar los coches no me
da ánimos para hacerlo. También hay otros
motivos, como es la idea de permanencia, aunque digan que se pueden quitar,
pienso que es difícil y que al menos supondría un sometimiento de nuevo a algo
bastante parecido a la cirugía. Pintar mi cuerpo con algo eterno es algo a lo
que no se si estoy preparado, porque desde el momento que queda impreso en la
piel sabes que lo tendrás hasta que te mueras, como la nariz o las orejas; pero
a diferencia de éstas, el tatuaje es de mi elección y mis orejas por desgracia
venían de serie, como en los coches el Airbag y alguna que otra cosa a la que
no se le llama “extra”
Una vez hecha la
idea de desear tener uno, dos o los que sean; viene el problema mas importante;
la elección, de que me pongo, que me tatuo, ¿qué?…….. No soy de escudos,
dibujos faraónicos ni símbolos hawaianos. La verdad es que todas esas cosas no
me dicen absolutamente nada, y obvio que no me las voy a implantar de por vida
en mi cuerpo. Me gustan las frases como tuitero que soy, por lo que he pensado
que conjugando eso como mi fanatismo por las redes sociales, debería tatuarme
frases junto con el símbolo de cada una esas redes. No olvidemos que también estoy
en una red social rusa “WK”, por lo que me
he decidido ponerme una frase con letras
cirílicas, las del idioma Ruso, y ya tengo quien me lo puede hacer, una
tatuadora ucraniana que acabo de conocer y con la que no cabe duda lo escribirá
sobre mí a la perfección, cosa que me preocupaba bastante.
Impresiona eso de decir que escribirá sobre mí. De pronto
me he sentido como una hoja de papel y lo que es más, como un folio en blanco;
como éste al que me enfrento cada día para contar mis inquietudes de verano,
esas que surgen como de la nada cuando se tiene poco en que pensar. Yo trato de
pensar lo justo, prefiero sentir lo máximo y pensando no se siente, hay que
optar; y como todo en la vida desde el momento en el que optas, ya te has
convertido en parte de un grupo, de un bando e incluso a veces de una
organización.
En filosofía
está claro, de una parte, está el racionalismo y de otra el empirismo.
Contraponer pensamientos para dejar que el pensamiento sea prioridad en tu
vida. Me gusta esa opción desconocida, la que me ha llevado a ser de uno de los
bandos, de esos en los que se prefiere la emoción al conocer, porque la emoción
implica reaccionar emocionalmente a la vida y no solo dar una explicación a esa
vida, que de por si carece de explicación.
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