lunes, 19 de agosto de 2013

LUCES Y SOMBRAS



En la vida podemos ser la lámpara que emite la luz o el espejo en el que se refleja. La luz que emana de nuestro corazón, nos guía por el camino y enseña a otros a caminar. En otros momentos nos iluminan y podemos ser un espejo donde reflejarnos o rechazarla y convertirnos en su sombra. Por mi experiencia, aceptar la luz que nos ofrecen otros seres es gratificante y me ha enseñado a ser más comprensivo y tolerante. Amar esa luz generosa que te regalan y aprender constantemente de otras experiencias, da sentido a la vida. Ayudar con nuestra luz es un acto de generosidad, regalándola sin esperar nada a cambio, tan solo la gratitud del que la acepta
También he aprendido que ser la sombra no conduce más que al fracaso, a ser una mala imitación, que nos hace pobres y baratos. Cuando te ofrecen lo más valioso que es la luz del alma y el corazón, no hay mejor actitud que reflejarse en ella como un espejo y multiplicarla por miles. El que decide quedársela y no reflejarla es un egoísta, se convertirá en su sombra y se perderá en las tinieblas.


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